Una vez embotellado el vino, no es estático. Pasará por el proceso desde joven → maduro → envejeciendo con el tiempo. Su calidad cambia en forma parabólica como se muestra en la figura anterior. Cerca de la parte superior de la parábola está el período de consumo del vino.
Ya sea que el vino sea apto para beber, ya sea por su aroma, sabor u otros aspectos, todo es mejor.
Una vez pasado el periodo de consumo, la calidad del vino empieza a decaer, con aromas frutales débiles y taninos sueltos… hasta que ya no merece la pena probarlo.
Así como es necesario controlar el calor (temperatura) al cocinar, también debes prestar atención a la temperatura de servicio del vino. Un mismo vino puede tener un sabor muy diferente a distintas temperaturas.
Por ejemplo, si la temperatura es demasiado alta, el sabor a alcohol del vino será demasiado fuerte, lo que irritará la cavidad nasal y tapará otros aromas; si la temperatura es demasiado baja, no se liberará el aroma del vino.
Despertar la sobriedad significa que el vino despierta de su letargo, haciendo que el aroma del vino sea más intenso y el sabor más suave.
El tiempo para recuperar la sobriedad varía de un vino a otro. Generalmente, los vinos jóvenes se dejan sobrios durante unas 2 horas, mientras que los vinos más viejos se dejan sobrios entre media hora y una hora.
Si no puede determinar el tiempo para recuperar la sobriedad, puede probarlo cada 15 minutos.
Despertar la sobriedad significa que el vino despierta de su letargo, haciendo que el aroma del vino sea más intenso y el sabor más suave.
El tiempo para recuperar la sobriedad varía de un vino a otro. Generalmente, los vinos jóvenes se dejan sobrios durante aproximadamente 2 horas, mientras que los vinos más viejos se dejan sobrios entre media hora y una hora. Si no puede determinar el tiempo para recuperar la sobriedad, puede probarlo cada 15 minutos.
Además, me pregunto si te habrás dado cuenta de que cuando solemos beber vino, muchas veces no estamos llenos de vasos.
Una de las razones de esto es dejar que el vino entre en contacto total con el aire, se oxide lentamente y recupere la sobriedad en la copa ~
La combinación de comida y vino afectará directamente al sabor del vino.
Por poner un ejemplo negativo, un vino tinto con mucho cuerpo combinado con mariscos al vapor, los taninos del vino chocan violentamente con los mariscos, aportando un desagradable sabor a óxido.
El principio básico del maridaje entre comida y vino es “vino tinto con carne roja, vino blanco con carne blanca”, vino adecuado + comida adecuada = disfrute en la punta de la lengua.
Las proteínas y grasas de la carne alivian la sensación astringente del tanino, mientras que el tanino disuelve la grasa de la carne y tiene el efecto de aliviar la untuosidad. Los dos se complementan y realzan el gusto del otro.
Hora de publicación: 29 de enero de 2023